lunes, 16 de junio de 2008

pensando gráfica y escultura, vida y muerte


“… pero la armonía no es simétrica”

La Muerte –el Fín la llamamos- es el Todo. Por lo menos eso creemos.
Mientras, uno esta seguro que es imposible de abarcarlo todo en la vida -ó- por lo menos en un cierto momento de ella, ¡que frustración caray! Casi todos creemos que la muerte -por lo contrario- sí es capaz de abarcarlo todo, porque termina con toda nuestra existencia y con todo lo que ella significaba para nosotros. Por eso vemos a la muerte inigualablemente mas grande y mas poderosa que a nuestra vida pequeña e insignificante. Desde la profundidad de nuestro cuerpo, que a la vez se encuentra en una profundidad de algo que desconocemos aún, nos habla una sabia voz -¿acaso es el alma?- diciendo que ésta nuestra vida es lo único que ‘tenemos’. Por lo tanto sentimos la muerte inevitablemente como enemiga. Espantados tratamos a toda costa de apagar esta voz pertubadora.
Si solamente nos detuvieramos un poquito mas, intrépitos, para escuchar el final de la frase, que esta voz nos quiere decir: “la muerte tal vez te quita lo que para ti era el todo, pero te da algo que todavía no conoces. Te da todo lo que te falta para pintar tu cuadro que aún está incompleto”.

Todos conocemos las muertes pequeñas, las que uno puede y tiene que experimentar durante la vida. Todas ellas nos hablan de esta realidad, del hecho que con cada pequeña muerte nuestra vida se completa un tanto mas. Y vienen con una lección adjunta: sí fueramos capaces de unir a las cosas aparentemente sueltas, contrarias o contradictorias, nuestra vida misma finalmente se complementaría. Sería como cuando uno encuentra la última pieza faltante de un rompecabezas. Sí sólo pudieramos lograr que los opuestos se fusionaran en una sola imagen, en donde el día y la noche no fueran enemigos, en donde nuestra percepción de la vida no fuera fragmentada…

Estos pensamientos y otros muy parecidos me han acercado al arte, tanto siendo observador como hacedor. El arte es uno de los ejercicios humanos mas capaces de transcender lo que al principio solamente es un pensamiento. El arte se define per se por la creación, un acto de dar vida a algo inexistente o todavía insignificante. Y tambien es siempre una re-creación, igualmente un proceso permanente de dar vida con el fin de entenderla. Poco a poco empieza una dinámica circular entre crear y recrear, entre contemplar y hacer.
Mi pasion por la gráfica empezó con el amor por la xilografía. En ésta antigua y sencilla técnica de crear imágenes están todas mis inquietudes humanas y artísticas resueltas. El lenguaje es sencillo pero inconfundible. Las contradicciones más fuertes se unen para formar una armonía entre los contrastes del blanco y del negro haciendo que la imagen empiece a vibrar como un ser viviente. Dia y noche, luz y sombra, no solamente conviven, sino uno da vida al otro, la existencia del claro sería incomprensible sin la existencia del obscuro y viceversa. La sencillez con que se logra mostrar conceptos filosóficos y psicológicos verdaderamente complicados me asombra y me impresiona sobremanera.
La temática de los contrastes y opuestos pronto se convierte en el eje de mi quehacer artístico. La decisión de vivir en México es parte esencial en esta evolución personal, ya que ‘la alemanidad’ y ‘la mexicanidad’ a primera vista igualmente parecen ser incompatibles.
Empujandome al interior, adentrandome a la condición humana, amplío, profundizo, desarrollo y extiendo las técnicas usadas y sus contenidos, manteniendo y perfeccionando un lenguaje sencillo.
Esto me lleva a ingeniar en 1989 a los primeros Nuevos Ataúdes, cambiando de la bidimensionalidad a la tercera dimensión y con ello tematizando con la forma al contenido, siempre hablando de las mismas preocupaciones: de la relación vida-muerte. Y sin cesar tratando de encontrar la respuesta a la milenaria pregunta de que sí hay o no vida después de la muerte.
Por lo pronto he llegado a una simple y también conocida respuesta: sí hay vida antes de la muerte. Y ésta vida no es pequeña ni insignificante, sino todo lo contrario, si tan sólo supieramos como vivir toda su complejidad y no seguir viendola de una manera excluyente y unidimensional.
Tratando de unir la gráfica con la escultura, en este caso gráfica con ataúdes y urnas funerarias, signifícan para mi, hasta la fecha, la mejor expresión artística que puedo dar a mi convicción CADA FIN… UN COMIENZO
Mis objetos funerarios fusionados con varias soluciones gráficas ejemplifícan -aparte de los extremos mas obvios- múltiples cuestiones y abismos humanos como entre ellos por ejemplo:

Funcionalidad – Arte
Forma – Contenido
Lo Profano – Lo Sagrado

El Tabú – Lo Popular
Occidente – Oriente
Tradición – Modernidad

Esto me llevó a hacer ésta última instalación que se llama Tzompantli. Para mi no es tanto una instalación sino una sola escultura que con este fin quisiera envolverla en un bloque de resina transparente, una escultura gráfica, que une todas mis inquietudes y pasiones artísticas y humanas aquí mencionadas.

jueves, 12 de junio de 2008