martes, 17 de junio de 2014

La Banca vive, vivan las bancas


 
 
El 10 de julio del 2014 es el segundo aniversario luctuoso del fallecido José Serafín Zapatero González (1964-2012). Con este motivo estoy preparando una instalación con la participación de familiares, amigos, conocidos y (todavía) desconocidos. Es un ejemplo de arte participativo pensado para el espacio recién creado por la Secretaría de Cultura del Estado de Morelos en el Jardín Borda de Cuernavaca, el Espacio de Experimentación Borda. De la misma forma puede llevarse posteriormente a un espacio público, potenciando en él la creatividad comunitaria para una transformación social.

 

“No podemos vivir sólo con lo que creamos inicialmente. La vida es expansiva, se extiende dentro mismo de nuestro cuerpo, creciendo, desarrollándose, y también de forma territorial –física y psicológicamente-, descubriendo lugares, formas, ideas, significados, sensaciones. Esto sucede como un diálogo: recibimos de los demás lo que han creado y les damos lo mejor de nuestra creación.”

Augusto Boal

 

Dentro del espacio arriba mencionado se expondrán por lo pronto 24 bancas de madera, una por cada mes transcurrido después de la mortal balacera. En Cuernavaca, donde comenzó todo, también va a ser el inicio de la obra, pero será una obra en permanente proceso, porque cada mes se le añade una nueva banca. El plan es tener con la participación de las personas interesadas 60 bancas hasta julio del 2017. En este momento se llegará al quinto aniversario luctuoso de José Serafín.

 
Las bancas serán un mar de colores que nos recuerda la fuerza, la indestructibilidad y la esperanza de la vida.

lunes, 16 de junio de 2014

Vista interior del exterior

 
  
 
título: Vista interior del exterior del interior del artista
año: 2014
técnica: mixta
materiales: madera de pino, triplay de pino pintado, vidrio, hilo de nylon, cenizas, botas de montaña  
medidas: 70 x 70 x 130 cm
 

Vista interior del exterior del interior del artista
 
Desde el principio
soy lo que soy,
desde el principio artista.
Desde siempre
todo está en mi
y cada siete años
me estiro,
doblo mi tamaño
y multiplico mi capacidad.
En el 2018 habré crecido
arriba de mi mismo,
entonces mediré casi tres metros
-exactamente 256 centímetros serán-
tendré un interior
lo suficientemente grande
para extraer de él
como de una mina.
A pesar de mi tamaño
seré abierto y ligero como una pluma
y a la vez lo suficientemente fuerte
para ser mi propio pilar
de una estabilidad flexible.

 
La escultura se interpreta a manera de autorretrato. La vida del autor se entiende por medio de sus estiramientos y expansiones periódicas. Estos cambios suceden cada siete años y en este momento una fase anterior crece siempre por el doble en altura y aumenta su volumen de una proporción exacta. En la octava fase, la que vive el autor actualmente, acontece un estiramiento mas arriba de si mismo, mas alto que sus 1.92 metros. En la escala de la escultura, ésta altura equivale a una cuarta parte, o sea a 96 cm, para llegar a un total de 128 cm (¡2.56 metros reales!). Así es fácil imaginarse las siguientes fases que se esperan para este inusual crecimiento.

Aunque todo parece maravillosamente preciso en ésta vida tal vez ejemplar, hay pequeñas fallas escondidas en ella, por ejemplo una mínima inclinación errónea por 1 mm en cada nueva pieza (fase), cayendo ella siempre hacia un eje central imaginado. Otra falla se encuentra en la octava fase: la inclinación aquí es ya muy notoria, aunque en dirección opuesta al eje. La vida sigue conectada a su base, pero se liberó de ella al ser independiente. Los pies arden como fuego de tanto camino andado. Todo podría convertirse en cenizas ya si la vida no fuera tan bien amarrada por todas sus fases anteriores. Ahora hay tanto fortaleza como también flexibilidad.

Son éstas pequeñas fallas en la suma matemática, una cierta duda sobre la necesidad de lo mecánico, sobre la exactitud y lo inevitable, que convierten esta vida (o lo que fue) en la de un humano.