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sábado, 12 de julio de 2014
Manifiesto para La Banca
“La cautela es peor que el miedo porque, a
este, añade mediocridad. ¿Nos perdonará Dios
si la cagamos con nuestra cautela y cordura, con nuestra falta de disposición
de complicarnos la vida?” Senel
Paz
Soy artista visual. Esto no es una
manifestación política, sino un gesto estético. Aunque se trate de un homenaje
a una persona fríamente asesinada y a todos los incontables muertes demás no investigadas
y aclaradas y aunque cada obra de artista tiene generalmente un peso o un valor
político inherente. Estamos aquí enfrente de una obra-instalación que trata en
primer lugar de la belleza, por más absurdo que esto nos puede parecer. Los
invito a ‘sentarse’ bien, un juego sencillo
de palabras, que es equivalente a sentirse
bien. En un mundo, donde el tejido social está en plena descomposición, una invitación
de ésta índole parece casi banal e imposible a su vez. En un posible comienzo
para sentirse bien, hay tres niveles:
El humano quiere convivir e intercambiar.
El ciudadano está alerta y se involucra.
El artista anticipa y propone.
Al exponer, más que exponer los objetos uno
expone sus ideas. Tales ideas siempre incluyen y tocan a estos tres niveles,
que no son verticales sino horizontales.
Mi ‘nivel artista’ siempre anticipa un mundo
mejor, más justo, más bello. Para eso propongo de sacar el ciudadano y el
humano que traemos adentro para adelante.
La Banca: Va banque / Salvar un alma
El 10 de julio del 2012 perdió a los 48 años la
vida José Serafín Zapatero González, sentado en una banca enfrente de un Casino
en Cuernavaca, donde él trabajaba. Murió en una ráfaga de balas de cuerno de
chivo, que se alcanzaron a oír a kilómetros de distancia. Una víctima más de la
violencia cotidiana que se vive en el país y en especial en ésta ciudad.
Por un lado era fácil de imaginar, que después
de esta atrocidad nadie quisiera sentarse ya en la banca. Por el
otro lado despertó en mi mente nuevamente un viejo deseo: ¡una banca enfrente
de mi casa como el símbolo idóneo de bienvenida! Por medio de un trueque
conseguí la banca del casino después de varios meses de negociación.
Va banque. Dentro de una supuesta responsabilidad cívica
de artista tuve la idea de instalar la banca enfrente de mi casa justo el 10 de
julio del 2013, primer aniversario de la mortal balacera, como signo contra el
olvido y la muerte y a la vez como una muestra de apertura, buena convivencia y
recibimiento entre vecinos. De esta
manera sería un símbolo de recuperación del espacio público, una exhortación
para vivir el vecindario sin miedo. También podría verse como una invitación a
seguir este ejemplo, poblando las calles abandonadas nuevamente al poner más y
más gente bancas enfrente de sus casas.
Salvar un alma. Nació una segunda
idea. Aunque fuera solamente un
mueble para sentarse, ésta banca ya era algo, que normalmente solo pueden ser
las obras de arte: un objeto del cual uno puede aprender la mirada poética para
no olvidar que uno mismo puede ser el mundo.
El impacto de la banca como objeto de mera contemplación sería
probablemente mucho más fuerte y propio de su naturaleza.
Al pensar en ambas versiones paralelamente pude resolver el conflicto
inherente que sentí sobre la naturaleza y el proceso mismo de crear. Al fin y
al cabo era sobre todo mi impulso de artista que había movido las cosas y no
tanto él de un luchador social.
Aunque las dos ideas me sugerían dos desenlaces
diferentes y aunque ambas eran igualmente loables para el destino de ‘La
Banca’, en pos de una mayor trascendencia opté por la segunda posibilidad. Para
eso, la banca necesitaba una mínima intervención. Siendo solamente una mitad
intervenida y la otra mitad un Ready-made,
ella se convirtió en dos bancas y tal expansión en un ejemplo de génesis.
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