miércoles, 13 de agosto de 2014

La instalación


La Banca es una instalación que alude a la vida, la ausencia y el instante. Una invitación a sentarse y detenerse para reflexionar sobre lo efímera que puede ser la vida cuando se está expuesto a la sin razón y la violencia. La banca, ese lugar cotidiano y de encuentro se convierte paradójicamente en lugar de desencuentros, en un objeto que sintetiza la convivencia entre la bala furtiva, la existencia que deja de ser, el lugar estigmatizado donde sucedió una muerte, el miedo de salir y la provocación a no dejarlo de hacer como forma de resistencia y de vida.

Pilar González

sábado, 12 de julio de 2014

Exposición en Cuernavaca

 
comparte tu propio caso, abierto hasta octubre 2014
 

 
 
 
 
 

Manifiesto para La Banca


 

 

“La cautela es peor que el miedo porque, a este, añade mediocridad. ¿Nos perdonará Dios si la cagamos con nuestra cautela y cordura, con nuestra falta de disposición de complicarnos la vida?” Senel Paz

 

Soy artista visual. Esto no es una manifestación política, sino un gesto estético. Aunque se trate de un homenaje a una persona fríamente asesinada y a todos los incontables muertes demás no investigadas y aclaradas y aunque cada obra de artista tiene generalmente un peso o un valor político inherente. Estamos aquí enfrente de una obra-instalación que trata en primer lugar de la belleza, por más absurdo que esto nos puede parecer. Los invito a ‘sentarse’ bien, un juego sencillo de palabras, que es equivalente a sentirse bien. En un mundo, donde el tejido social está en plena descomposición, una invitación de ésta índole parece casi banal e imposible a su vez. En un posible comienzo para sentirse bien, hay tres niveles:

El humano quiere convivir e intercambiar.

El ciudadano está alerta y se involucra.

El artista anticipa y propone.

Al exponer, más que exponer los objetos uno expone sus ideas. Tales ideas siempre incluyen y tocan a estos tres niveles, que no son verticales sino horizontales.

Mi ‘nivel artista’ siempre anticipa un mundo mejor, más justo, más bello. Para eso propongo de sacar el ciudadano y el humano que traemos adentro para adelante.
 
 
 
 
 ¿Quieres compartir un caso? Deposítalo en el Jardín Borda o escríbeme a mexylo@yahoo.com.mx . Trata de ser breve para que quepa en una banca (aprox. 100 palabras)

La Banca: Va banque / Salvar un alma


 

 

El 10 de julio del 2012 perdió a los 48 años la vida José Serafín Zapatero González, sentado en una banca enfrente de un Casino en Cuernavaca, donde él trabajaba. Murió en una ráfaga de balas de cuerno de chivo, que se alcanzaron a oír a kilómetros de distancia. Una víctima más de la violencia cotidiana que se vive en el país y en especial en ésta ciudad.

Por un lado era fácil de imaginar, que después de esta atrocidad nadie quisiera sentarse ya en la banca.  Por el otro lado despertó en mi mente nuevamente un viejo deseo: ¡una banca enfrente de mi casa como el símbolo idóneo de bienvenida! Por medio de un trueque conseguí la banca del casino después de varios meses de negociación.


Va banque. Dentro de una supuesta responsabilidad cívica de artista tuve la idea de instalar la banca enfrente de mi casa justo el 10 de julio del 2013, primer aniversario de la mortal balacera, como signo contra el olvido y la muerte y a la vez como una muestra de apertura, buena convivencia y recibimiento entre vecinos.  De esta manera sería un símbolo de recuperación del espacio público, una exhortación para vivir el vecindario sin miedo. También podría verse como una invitación a seguir este ejemplo, poblando las calles abandonadas nuevamente al poner más y más gente bancas enfrente de sus casas.

Salvar un alma. Nació una segunda idea. Aunque fuera solamente un mueble para sentarse, ésta banca ya era algo, que normalmente solo pueden ser las obras de arte: un objeto del cual uno puede aprender la mirada poética para no olvidar que uno mismo puede ser el mundo.

El impacto de la banca como objeto de mera contemplación sería probablemente mucho más fuerte y propio de su naturaleza.

Al pensar en ambas versiones paralelamente pude resolver el conflicto inherente que sentí sobre la naturaleza y el proceso mismo de crear. Al fin y al cabo era sobre todo mi impulso de artista que había movido las cosas y no tanto él de un luchador social.


Aunque las dos ideas me sugerían dos desenlaces diferentes y aunque ambas eran igualmente loables para el destino de ‘La Banca’, en pos de una mayor trascendencia opté por la segunda posibilidad. Para eso, la banca necesitaba una mínima intervención. Siendo solamente una mitad intervenida y la otra mitad un Ready-made, ella se convirtió en dos bancas y tal expansión en un ejemplo de génesis.  

 

martes, 17 de junio de 2014

La Banca vive, vivan las bancas


 
 
El 10 de julio del 2014 es el segundo aniversario luctuoso del fallecido José Serafín Zapatero González (1964-2012). Con este motivo estoy preparando una instalación con la participación de familiares, amigos, conocidos y (todavía) desconocidos. Es un ejemplo de arte participativo pensado para el espacio recién creado por la Secretaría de Cultura del Estado de Morelos en el Jardín Borda de Cuernavaca, el Espacio de Experimentación Borda. De la misma forma puede llevarse posteriormente a un espacio público, potenciando en él la creatividad comunitaria para una transformación social.

 

“No podemos vivir sólo con lo que creamos inicialmente. La vida es expansiva, se extiende dentro mismo de nuestro cuerpo, creciendo, desarrollándose, y también de forma territorial –física y psicológicamente-, descubriendo lugares, formas, ideas, significados, sensaciones. Esto sucede como un diálogo: recibimos de los demás lo que han creado y les damos lo mejor de nuestra creación.”

Augusto Boal

 

Dentro del espacio arriba mencionado se expondrán por lo pronto 24 bancas de madera, una por cada mes transcurrido después de la mortal balacera. En Cuernavaca, donde comenzó todo, también va a ser el inicio de la obra, pero será una obra en permanente proceso, porque cada mes se le añade una nueva banca. El plan es tener con la participación de las personas interesadas 60 bancas hasta julio del 2017. En este momento se llegará al quinto aniversario luctuoso de José Serafín.

 
Las bancas serán un mar de colores que nos recuerda la fuerza, la indestructibilidad y la esperanza de la vida.

lunes, 16 de junio de 2014

Vista interior del exterior

 
  
 
título: Vista interior del exterior del interior del artista
año: 2014
técnica: mixta
materiales: madera de pino, triplay de pino pintado, vidrio, hilo de nylon, cenizas, botas de montaña  
medidas: 70 x 70 x 130 cm
 

Vista interior del exterior del interior del artista
 
Desde el principio
soy lo que soy,
desde el principio artista.
Desde siempre
todo está en mi
y cada siete años
me estiro,
doblo mi tamaño
y multiplico mi capacidad.
En el 2018 habré crecido
arriba de mi mismo,
entonces mediré casi tres metros
-exactamente 256 centímetros serán-
tendré un interior
lo suficientemente grande
para extraer de él
como de una mina.
A pesar de mi tamaño
seré abierto y ligero como una pluma
y a la vez lo suficientemente fuerte
para ser mi propio pilar
de una estabilidad flexible.

 
La escultura se interpreta a manera de autorretrato. La vida del autor se entiende por medio de sus estiramientos y expansiones periódicas. Estos cambios suceden cada siete años y en este momento una fase anterior crece siempre por el doble en altura y aumenta su volumen de una proporción exacta. En la octava fase, la que vive el autor actualmente, acontece un estiramiento mas arriba de si mismo, mas alto que sus 1.92 metros. En la escala de la escultura, ésta altura equivale a una cuarta parte, o sea a 96 cm, para llegar a un total de 128 cm (¡2.56 metros reales!). Así es fácil imaginarse las siguientes fases que se esperan para este inusual crecimiento.

Aunque todo parece maravillosamente preciso en ésta vida tal vez ejemplar, hay pequeñas fallas escondidas en ella, por ejemplo una mínima inclinación errónea por 1 mm en cada nueva pieza (fase), cayendo ella siempre hacia un eje central imaginado. Otra falla se encuentra en la octava fase: la inclinación aquí es ya muy notoria, aunque en dirección opuesta al eje. La vida sigue conectada a su base, pero se liberó de ella al ser independiente. Los pies arden como fuego de tanto camino andado. Todo podría convertirse en cenizas ya si la vida no fuera tan bien amarrada por todas sus fases anteriores. Ahora hay tanto fortaleza como también flexibilidad.

Son éstas pequeñas fallas en la suma matemática, una cierta duda sobre la necesidad de lo mecánico, sobre la exactitud y lo inevitable, que convierten esta vida (o lo que fue) en la de un humano.