título: Vista interior
del exterior del interior del artista
año: 2014
técnica: mixta
materiales: madera de pino,
triplay de pino pintado, vidrio,
hilo de nylon, cenizas, botas de montaña
medidas: 70 x 70 x 130 cm
Vista interior del exterior del interior del artista
Desde el principio
soy lo que soy,
desde el principio
artista.
Desde siempre
todo está en mi
y cada siete años
me estiro,
doblo mi tamaño
y multiplico mi
capacidad.
En el 2018 habré
crecido
arriba de mi mismo,
entonces mediré casi
tres metros
-exactamente 256
centímetros serán-
tendré un interior
lo suficientemente
grande
para extraer de él
como de una mina.
A pesar de mi tamaño
seré abierto y ligero
como una pluma
y a la vez lo
suficientemente fuerte
para ser mi propio
pilar
de una estabilidad
flexible.
La escultura se interpreta a manera de
autorretrato. La vida del autor se entiende por medio de sus estiramientos y
expansiones periódicas. Estos cambios suceden cada siete años y en este momento
una fase anterior crece siempre por el doble en altura y aumenta su volumen de
una proporción exacta. En la octava fase, la que vive el autor actualmente,
acontece un estiramiento mas arriba de si mismo, mas alto que sus 1.92 metros.
En la escala de la escultura, ésta altura equivale a una cuarta parte, o sea a
96 cm, para llegar a un total de 128 cm (¡2.56 metros reales!). Así es fácil
imaginarse las siguientes fases que se esperan para este inusual crecimiento.
Aunque todo parece maravillosamente preciso en
ésta vida tal vez ejemplar, hay pequeñas fallas escondidas en ella, por ejemplo
una mínima inclinación errónea por 1 mm en cada nueva pieza (fase), cayendo
ella siempre hacia un eje central imaginado. Otra falla se encuentra en la
octava fase: la inclinación aquí es ya muy notoria, aunque en dirección opuesta
al eje. La vida sigue conectada a su base, pero se liberó de ella al ser
independiente. Los pies arden como fuego de tanto camino andado. Todo podría
convertirse en cenizas ya si la vida no fuera tan bien amarrada por todas sus
fases anteriores. Ahora hay tanto fortaleza como también flexibilidad.
Son éstas pequeñas fallas en la suma
matemática, una cierta duda sobre la necesidad de lo mecánico, sobre la
exactitud y lo inevitable, que convierten esta vida (o lo que fue) en la de un
humano.