domingo, 6 de julio de 2003

IMAGENES INTERIORES: Mezquita

IMAGENES INTERIORES le enseñará el lado menos conocido del diseño moderno de ataúdes: en la actualidad este proceso está muy ligado a leer y escribir y tal vez aun más con ver. Juntar imágenes cotidianas con imagenes interiores lleva a textos, fotos o instalaciones. Y de vez en cuando hasta un ataúd puede ser el resultado...

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SARGMEISTER - 22 Textos

Sobre cada ataúd escribo un texto. Ese escrito no pretende ser su posible interpretación, sino significa un acercamiento literario-artístico sobre el tema en general y cada concepto en particular que hay detrás. Cada texto estará dedicado a un ser querido fallecido. En la compilación de los 22 textos en total, cada uno tiene un título diferente al nombre de la pieza en cuestión, ni siquiera se mencionan los ataúdes en ellos.



"Mezquita"
para Anny Krah

Recuerdo la fotografía de una mezquita en el pequeño pueblo de Bambougou, lugar que se encuentra en Mali, un país del oeste africano.En ella no se ve precisamente una construcción cerrada. Pero puede ser posible, que hay una intención detrás de sustituir una cúpula por el cielo abierto. Como se mencionaba antes, no se trata de un edificio sino más bien de una edificación. Se le podría llamar una escultura penetrable. Hasta el momento no se le puede atribuir otra función.Se ven cuatro muros, más o menos de la estatura de un hombre, que forman un rectángulo de ocho por diez metros aproximadamente. Desde ningún lugar se puede ver hacia dentro del patio circundado por los muros. Solamente se puede observar cómo, desde adentro, salen las ramas superiores de un árbol casi pelón. Pero de ningún modo está muerto. Al contrario, parece que está a punto del florecer primaveral y uno espera que, ojalá, siempre haya suficiente agua para él. Pero aparentemente, como único objeto viviente, no creció por casualidad en este lugar y uno se tranquilíza sabiendo, que aunque afuera de los muros todo se secara, la gente siempre se preocuparía por su bienestar. Es esa una certeza, que viene de lo insólito del árbol que no parece pertenecer al lugar, ni su especie de ahí. ¿Probablemente un árbol frutal? ¡Ha sido sembrado! Da la impresión, que está cumpliendo con una función simbólica, cualquiera que sea, ¿tal vez similar a las imágenes de piedad (pietas) en los lugares cristianos de peregrinación? Además se presume que hay una oasis detrás de los muros. Eso, desde luego, por la pequeña y única parte que se puede ver de un entorno árido, el cual parece apenas habitable para el ser humano. De este modo la fotografía muestra sobre todo lo invisible, o por lo menos lo casi invisible, porque es verdad que la mezquita es el objeto, pero su interior, el patio y lo que sucede en él son el verdadero tema de la imagen y éste nada más se le puede imaginar.A una distancia de dos metros, empezando por cada esquina respectivamente, se encuentran unos torres de forma cuadrada, que sobrepasan algo a los muros y terminan en una punta medio aguda y redondeada. Entre estas torres de mediano tamaño, a la mitad del muro que apunta hacia el espectador, se alza otra torre, que en comparación con las medianas es de aspecto verdaderamente monumental. Ésta ocupa fácilmente tres veces su área y tiene el doble de altura. Tiene casi la misma forma que las otras más pequeñas y si ellas fueran las descendientes, la gran torre sería el padre. Sin embargo, sus lados parecen ser un poco más angostos que el área frontal. Cada uno de estos lados, en ángulo recto a la orientación vertical de este enorme pilar, está cargado de maderas redondas, que fueron metidas en el barro todavía humedo. De tal modo que se encuentran en los laterales dos y en el lado frontal tres filas de estos maderos desde el suelo hasta su punta. Si no estuvieran geométricamente ordenandos de una manera tan exacta, automáticamente uno se imaginaría las espinas de un erizo. Lo que se contempla es curioso y singular, una mirada desconocida. Aún así, uno nunca se pregunta para qué servirán las redondas maderas, como que uno las reconociera intuitivamente como correctas. Tampoco se le puede encontrar una función práctica con una mirada más crítica. Si la torre no tiene sentido práctico alguno, ninguna entrada y ninguna ventana lo indica, entonces ¿cómo van a tenerlo estas varas? Por tanto, podrían tener una función meramente decorativa. Pero tampoco esto convence mucho, porque la impresión que uno inevitablemente tiene de la pequeña mezquita es que ella no permite ninguna consesión. Toda su naturaleza parece decir "o una cosa u otra". Por consiguiente unas simples maderas no pueden ser un adorno apropiado. No debido a la sencillez de ellas, sino porque tiene que estar guarnecido con algo de mucho más valor. Como prueba de esta suposición apenas ahora, con una mirada más minuciosa, me doy cuenta que la punta de la torre está coronada con un objeto metálico pequeño pero evidentemente costosamente elaborado. Eso es su adorno. En una iglesia católica sería la cruz.Finalmente llego a la conclusión, que los bastones deben de tener un significado simbólico. Eso porque al contemplar otra vez la aparencia general del conjunto construido, como el interior me permanece escondido, pienso de repente comprender su esencia verdadera. Es el carácter de amparo que define a esta edificación.Es una protección, que este lugar brinda a todos aquellos quienes lo buscan, en contra de peligros reales o imaginados, en contra de la inexorabilidad de la naturaleza y los seres humanos, incluyendo a todas sus pensables deformaciones.Significa también defensa y refugio contra la vida profana. Entonces efectivamente es una oasis, un lugar de salvación. Y céntrico, la torre de las estacas de madera, impenetrable y determinante como símbolo de efecto monumental para la seguridad, que aquí se le otorga.La torre es la antítesis de un aparato de tortura, el cual se conoce bajo el nombre de 'Iron Maiden', para muchos por el mundo del rock, pero que tiene su origen en la Edad Media. Esta caja vertical del tamaño de un hombre, con los lados interiores equipados de una considerable cantidad de cuchillas que atraviesan, al cerrar las dos tapas, la persona adentro depósitada, o sea, al torturado.En cambio, la torre de Bambougou rechaza toda hostilidad y salvaguarda con la inherente fuerza de su imagen a todo y a todos los que se encuentran en el interior de los muros. Frente a ella todo invasor tiene que fracasar. Así la mezquita recuerda incluso más a una fortaleza que a un lugar de recogimiento.Aunque la oferta de materiales para la construcción en esta conmarca del mundo, por razones fácilmente imaginables, es muy reducida -la materia prima (el barro), el color (aún en una fotografía de blanco y negro inequivocadamente reconocible como natural y por consecuencia, terroso), así como la textura (irregular, suavemente ondulada)- nos indica infaliblemente lo terrenal que debieron ser los constructores de esta obra contemporánea: la mezquita no es ningúna reliquia histórica. El lugar de contemplación debe ser de esta naturaleza, porque lo van a buscar con la convicción y la conciencia de entrar al regazo de la madre-tierra, en el cual van a ser inmortales.

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